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jueves, 6 de junio de 2019

reo


"reo (Arévalo_2013)", 2019.
Tarjeta intervenida, 21 x 15 cm.



En el verano de 2013, poco después de la muerte de José Antonio Arribas (acaecida el 6 de junio de ese año), organizamos en Arévalo la exposición “Abstracto 1974-2013” como primer homenaje a su figura. Por aquel entonces se estaba celebrando en la localidad una nueva edición de “Las Edades del Hombre” y no faltó quien, al hablar de “Abstracto 1974-2013”, se refirió a ella como un “evento paralelo” a la muestra de arte sacro. No fue así, como acabamos de explicar, nuestras motivaciones fueron otras. Si Arribas hubiera fallecido en 2014, por ejemplo, hubiéramos hecho la exposición igual, aunque “Las Edades” se encontrara entonces en otro sitio captando el turismo (fugaz) que dicen que generó en Arévalo. Desde nuestro punto de vista, hacer pasar “Abstracto 1974-2013” por un evento paralelo de “Las Edades del Hombre” es convertir a Arribas en un reo, cuando ni tan siquiera podía ya defenderse. Por suerte Arribas se anticipó y lo hizo un mes antes de su muerte, en su artículo “Edades y realidades”. Por suerte, también estamos nosotros para defender su legado y su posicionamiento (véase “Ya están aquí las realidades”). Si “Abstracto 1974-2013” hubiera sido realmente un evento paralelo de “Las Edades”, los grupos de gente que conformaban las visitas guiadas, que iban de una iglesia a otra, no hubieran pasado por delante de la exposición de Arribas sin que los guías (oficiales y oficiosos) pasara por alto esta muestra.

Dejaremos de lado que la cuarta edición de “Las Edades”, celebrada en el ya lejano 1993, se vendió como la última (Bonet Correa, Antonio: “Memoria de los siglos”, ABC Cultural, número 110, 10 de diciembre de 1993, p. 36). Alguien sabrá por qué se desdijeron para terminar siendo el cuento de nunca acabar. Lo que no queremos dejar de lado, ya para terminar, es el hecho de que las generosas inyecciones de dinero que suelen recibir “Las Edades” acaban en las manos de todo el mundo, menos en las de, generalmente, los/as artistas, entre otros motivos porque la inmensa mayoría de los/as creadores/as cuya obra se muestra en estas exposiciones están muertos/as. Aunque nosotros ya hemos dejado constancia en este blog de que esta es una práctica demasiado habitual, en este caso, Arribas también se anticipó en el texto anteriormente citado:

“La coyuntura episódica de Las Edades, en su título CREDO, nos lleva a la realidad que se hace posible gracias a la obra de mis Hermanos del Gremio de San Lucas que, hoy, son Artistas Muertos. Y yo Artista Vivo, que llevo desde que nací haciendo oposiciones para Artista Muerto, os digo que no es posible Obra sin Obrero, Creación sin Creador, Credo sin Fe, ni Fe sin Credo”.