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sábado, 1 de mayo de 2021

Arribas y San Miguel (II)

Muy cerca de la iglesia de San Miguel Arcángel, en la calle de Ramón y Cajal, se encontraba la Posada de San Miguel, un establecimiento hotelero de, por desgracia, corta vida regentado por el amigo personal de Arribas Juan Molina. Debería haber esperado al aluvión de visitantes de las edades del hombre o al turismo que traerá un futuro museo que no termina de llegar. O quizá no, probablemente hubiera dado lo mismo, Arévalo se muere lentamente de todas formas, pero esa es otra historia. Molina pidió a Arribas que se encargara de la decoración interior, una labor que realizó en colaboración con su hija Clara Isabel. Con decoración interior no nos estamos refiriendo a que Arribas se limitara a colgar unos cuadros (cosa que también hizo), sino a que pintó los techos de madera labrada del establecimiento, un interesante conjunto que lamentablemente ya no podemos disfrutar. No obstante, tenemos algunas fotografías del interior que queremos compartir aquí. Un patrimonio obviado y olvidado -como tantos otros- por los guardianes locales del patrimonio.