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domingo, 6 de junio de 2021

Arribas y San Miguel (III)

La obra que hoy presentamos es una referencia a todas las cosas de las que hemos hablado en las dos entradas anteriores (Arribas y San Miguel I y II) y, como otras obras que hemos realizado para este proyecto, es fruto de la unión de objetos encontrados por separado, aunque todos comparten la circunstancia de haber pertenecido a José Antonio Arribas. Partimos de una lámina de San Miguel que se ajusta al esquema tradicional con el que se suele representar al que es considerado el primer Ángel, es decir, armado y en actitud beligerante frente al ángel caído.

Sobre la imagen del Arcángel, tapándolo parcialmente, hemos colocado otra lámina, en este caso una de San José, cuya inscripción hemos modificado para convertir un S. José en un José A. No obstante, San José y José Antonio Arribas están unidos, puesto que Arribas nació un 19 de marzo, día de San José, en la madrileña calle Goya. El marco de la obra es uno de los muchos que atesoraba Arribas y sobre él, en la parte superior derecha, hemos situado un lápiz de la Posada de San Miguel. Este lápiz, con salpicaduras de pintura del propio Arribas y que tomamos de su caballete, culmina esta pieza. Este simple objeto puede parecer banal, pero no nos lo parece tanto cuando releemos estas palabras de Borges: “La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Éstos conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último; no hay rostro que no esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso” (Borges, Jorge Luis: “El inmortal”, en El Aleph, Unidad Editorial, Madrid, 1999, p. 19).



sábado, 1 de mayo de 2021

Arribas y San Miguel (II)

Muy cerca de la iglesia de San Miguel Arcángel, en la calle de Ramón y Cajal, se encontraba la Posada de San Miguel, un establecimiento hotelero de, por desgracia, corta vida regentado por el amigo personal de Arribas Juan Molina. Debería haber esperado al aluvión de visitantes de las edades del hombre o al turismo que traerá un futuro museo que no termina de llegar. O quizá no, probablemente hubiera dado lo mismo, Arévalo se muere lentamente de todas formas, pero esa es otra historia. Molina pidió a Arribas que se encargara de la decoración interior, una labor que realizó en colaboración con su hija Clara Isabel. Con decoración interior no nos estamos refiriendo a que Arribas se limitara a colgar unos cuadros (cosa que también hizo), sino a que pintó los techos de madera labrada del establecimiento, un interesante conjunto que lamentablemente ya no podemos disfrutar. No obstante, tenemos algunas fotografías del interior que queremos compartir aquí. Un patrimonio obviado y olvidado -como tantos otros- por los guardianes locales del patrimonio.















miércoles, 28 de abril de 2021

Arribas y San Miguel (I)

En la calle San Miguel de Arévalo se encuentra la iglesia del mismo nombre (San Miguel Arcángel, más concretamente), un espacio importante para nosotros por ser el lugar en el que José Antonio Arribas hizo su última exposición individual en vida (como ya contamos en la entrada anterior de este blog). Aquí también fue donde, en los años 30, Maruja Mallo entró en bicicleta durante una misa organizando un tremendo revuelo (como ya recogimos en la publicación que editamos en 2018).

En lo que se refiere a la arquitectura, el templo “es una de las iglesias de más difícil lectura” (López Fernández, María Isabel: La arquitectura mudéjar en Ávila, Institución Gran Duque de Alba, Diputación Provincial de Ávila, 2004, p. 106) de entre las de su entorno y ha llegado hasta nuestros días tras sufrir numerosas reformas que han modificado notablemente su fisionomía. De entre las transformaciones que el templo ha padecido a lo largo de los siglos quizá la más dañina ha sido la desaparición de elementos de su interior, entre ellos un valioso artesonado. En este sentido, Mª Jesús Ruiz Ayucar ha dicho que “Milagroso ha sido que el retablo (…) haya podido librarse del expolio” (“Breve historia de San Miguel de Arévalo y la pintura hispano-flamenca de Ávila”, en El Retablo de la Iglesia de San Miguel de Arévalo y su restauración, Institución Gran Duque de Alba, Diputación Provincial de Ávila, 1985, p. 13), un retablo que fascinaba a Arribas, como escribió Mª del Carmen Martin Alonso en la mencionada publicación de 2018 (p.21).

En la iglesia de San Miguel también tuvo lugar la última exposición en la que actuó como comisario, en la muestra colectiva “26 artistas bajo un retablo”, en 2011, hace ahora 10 años. La exposición reunía, como indica su título, a 26 artistas bajo el magnifico retablo de San Miguel y la lista de nombres es apabullante: José Manuel Broto, Rafael Canogar, Martín Chirino, Luis Feito, Manuel Millares, Luis Gordillo, Manuel Rivera, Antonio Saura, Manuel Viola, Eduardo Úrculo o Josep Guinovart, aparte del propio Arribas y mi antiguo compañero de clase en la facultad de Bellas Artes de Salamanca Julio Falagán entre otros. A continuación un par de artículos sobre la exposición aparecidos en prensa.

Diario de Ávila, 21 de abril de 2011, p. 24.


Diario de Ávila (Especial Feria de Muestras y Antigüedades de Arévalo), 28 de abril de 2011, p. 74.