Estas tres palabras, por sí solas, abren la puerta de un mundo onírico (al mismo tiempo placentero y desacogedor) para quienes somos fieles devotos de Santa María de la Cabeza Borradora y hemos tomado las tres palabras en cuestión para titular una de las obras de la exposición “Devolver la memoria”, ya que la ocasión lo ponía en bandeja:
José Antonio Arribas tenía una fotografía del incendio de 1981 del Ayuntamiento de Arévalo.
Solicitamos la sala de exposiciones de la Casa del Concejo (que es el edificio que se encuentra justo en frente del Ayuntamiento) para hacer una exposición sobre el proyecto “La Arqueología del Ser”, basado en el legado de José Antonio Arribas.
Como la cabra tira al monte (y uno ha hecho la tesis sobre fotografía), decidimos poner una copia de la foto del Ayuntamiento en llamas, invertida, en la pared de la sala en la que se proyectaría el consistorio si hiciéramos una cámara oscura en la sala de exposiciones.
La copia que se muestra en la exposición es una mezcla de cianotipia y emulsión roja Inkodye quemada al sol arevalense frente al propio Ayuntamiento:
El resultado puede verse en la exposición, pero ya solo hasta hoy día 30 de junio:
Como irónico colofón, en la fachada de la casa del concejo se puede ver un cajetín de la alarma anti incendios en el que podemos leer FUEGO, mientras vemos reflejado el Ayuntamiento en los cristales aledaños:
Hoy, por alguna razón, me he dado cuenta de que el incendio no se ha extinguido, ya que sus brasas han llegado a quemarme. Fuego, camina conmigo.
PD: Tal día como hoy, 30 de junio, hace exactamente 45 años, se inauguraba la I Bienal Nacional de Pintura Ciudad de Arévalo, organizada por José Antonio Arribas con artistas como Antonio Saura, Emilio Prieto o Manuel Viola, entre otros muchos. Para quienes dicen dedicarse a la creación, investigación y exhibición de arte contemporáneo.
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